El consumo de emoliente en el Perú es una costumbre que se remonta a la época colonial, aunque su origen exacto es desconocido. Se sabe que el consumo de bebidas preparadas con cebada es muy antiguo. Los antiguos griegos, por ejemplo, tenían una bebida ceremonial preparada con agua, cebada y un tipo de menta, a la cual llamaban kykeon.
En España, el agua de cebada ha sido considerada como medicinal desde hace mucho tiempo. Así, en un libro de medicina español de 1607 (de Barrios), se recomienda como cura para la 'calentura de sangre podrida' darles a los tales enfermos pulpa de tamarindos, y de cañafistola deshecha en agua de cebada (...) agua fria, o de cebada, toda la que quisieren; hechando en el agua un poco de agrio de limones, o de granadas (sic). En otro libro de medicina de 1827 (de Viguera), el autor ordena como tratamiento para una enfermedad femenina una corta sangría del brazo (...) y además agua de cebada con jarabe de malvavisco y mucílago de goma arábiga por todo régimen; y más adelante, añade: Este plan debe ser simultáneamente auxiliado con las bebidas demulcentes, como la agua de pollo, de cebada ó simiente de lino, dulcificadas con el jarave de malvavisco.
Desde el siglo XVIII hasta comienzos del XX, el consumo de agua de cebá, considerada una bebida económica y refrescante, fue muy popular en Madrid. En algunos casos, esta bebida se solía aromatizar con canela y zumo de limón. El agua de cebada, o barley water, también es consumida en Gran Bretaña desde tiempos victorianos, cuando se consideraba buena para tratar la fiebre y los males de los riñones. Hoy en día, incluso existen marcas comerciales que la venden embotellada, tanto en su versión clásica con limón (lemon barley water), como saborizada con otras frutas. Desde 1935 es la bebida oficial del campeonato de tenis de Wimbledon.
En ciudades como Lima, hoy se puede ver a los vendedores callejeros de emoliente o ‘emolienteros’ con mucha frecuencia, especialmente muy temprano por la mañana y al atardecer y sobre todo durante el invierno, pues el emoliente se prefiere tomar caliente, aunque también se puede tomar frío o helado en el verano. Las variedades de emoliente que venden son numerosas y se preparan con diferentes hierbas medicinales, según el tipo de enfermedad que pretendan curar: con chancapiedra, para tratar los cálculos renales; con uña de gato, para reforzar el sistema inmunológico, con alfalfa para revertir la anemia; con maca, para aumentar el vigor sexual, etc.
El emoliente y los emolienteros son parte de la tradición de muchas ciudades peruanas. No son pocas las personas trabajadoras que desayunan un buen vaso de emoliente acompañado de un pan o bizcocho en los puestos de los emolienteros, camino al trabajo. Sólo en el Centro de Lima hay más de 400 carritos móviles que ofrecen emoliente.
La emigración de peruanos al extranjero ha hecho que esta bebida se haga conocida en otros países. Así, en la ciudad de Machala, al sur de Ecuador, el emoliente peruano se ha hecho conocido con el nombre de 'aguas emolientes' o 'aguas medicinales'. En algunas ciudades de Chile con un número significativo de peruanos, también se puede disfrutar de un vaso de emoliente. Y, por supuesto, en otros lugares del mundo donde haya peruanos siempre se podrá disfrutar de un buen emoliente de marca comercial
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